Cada despedida es un salto al vacío. Me voy, ahora, dejo atrás tantas cosas, dejo atrás parte de mi piel. Me desconecto. Comprendo finalmente que la soledad es un eterno acompañante, siempre en el camino. El cambio es miedo. El cambio es acercarse a lo desconocido. El cambio es arriesgarse desaparecer. El cambio, también, es esperanza. De llegar a algo nuevo que funciona, que no se cae pedazo a pedazo entre culpas, rabias y diferencias. Cada despedida es un salto al vacío, un riesgo que se toma para alcanzar otra cosa. A veces, solo a veces, llegas al otro lado.