Nerea trabajaba como asistenta de vestuario en numerosos programas de televisión. Muchas veces traía a casa materiales de atrezzo, como un cactus (al más puro estilo oeste) o una nave espacial de cartón piedra. Con el cactus tuvimos que tener precaución con las pinchas, pues si no llevábamos cuidado, éstas se acababan clavando en los lugares más inoportunos. Con respecto a la nave espacial, Nerea afirmaba que seríamos los primeros astronautas en hacer el amor en el espacio.
– Vamos a darle envidia a los extraterrestres – me decía, entre susurros.
Una mañana, mientras tomábamos el desayuno, dos agentes uniformados se personificaron en nuestro apartamento. Nos preguntaron si ambos estábamos bien, si no había ocurrido ningún accidente.
– Todo perfecto… – respondí yo –. ¿Por qué lo preguntan?
– Unos vecinos se han quejado de que han escuchado tiroteos en este piso, y además han dicho que han entendido gritar a una chica pidiendo auxilio, que alguien le había disparado…
Nerea y yo nos miramos y nos reímos al unísono.
– Lo siento, señor agente – dijo ella –. De momento, no se ha cometido ningún asesinato en esta casa.
Despedimos a los dos tipos con una amplia sonrisa en nuestro rostro y, al cerrar la puerta, Nerea me preguntó:
– ¿Lo hacemos otra vez?
– ¿Para qué lo preguntas?
En uno de nuestros paseos intergalácticos, Nerea me colocó mirando hacia un lado de la nave que no había visto nunca. Allí, en aquella esquina diminuta donde los pinceles apenas habían llegado para pintar el cartón piedra, encontré, camuflado del resto del mundo, un preservativo. Nerea no se dio cuenta de hacia dónde estaba mirando, simplemente me dijo entre gemidos que no parase. Le hice caso. Disimulé como si nada hubiese pasado y seguimos declarándonos nuestra guerra particular; demostrando a los extraterrestres que el paraíso solo existe si hay un árbol de la fruta prohibida en él.
Me ha encantado la forma en que comienzas tu historia "empezamos una guerra que no supimos ganar ni perder".
Gracias! :) Pronto sabrás el por qué... ;)
¡Es precioso! Me ha encantado, enserio :)
Muchísimas gracias, Marina! :)