Caminaba por los pasillos observando el comportamiento de los pacientes, y pensaba que dentro de su locura después de todo no se veían tan mal, parecían ser felices. ¿Qué mundo absorto habitaría en cada una de aquellas mentes? Tenía mucha curiosidad de hablar con alguien. Respiró profundo y se sentó en una de las bancas del jardín, sopesando cuál persona sería la mejor opción para hablar, sin embargo no lograba decidirse. —¿Pero qué demonios? Será mejor que me vaya.— y se levantó de su asiento preguntándose cuál fue el motivo que lo había impulsado a ir, arrastrando los pies como si llevará una carga muy pesada, cabizbajo. Fue en ese momento cuando escuchó por primera vez la voz que lo sacaría del quinto infierno. —Hola ¿Qué estás haciendo aquí? No pareces estar loco.— Elías se había quedado sin habla. La dulce chica que tenía delante era la cosa más hermosa que había visto en sus 21 años y eso que nunca había sido banal ni físico, nunca se había dejado impresionar por superficialidades. Los ojos verdes le miraban insistentemente, sus finos labios dibujaban una media sonrisa. —Me llamo Briseida, mi cuarto es el 102, por si algún día llegas a articular palabra...— se dio la media vuelta y emitió una sonrisilla burlona. Al escuchar esas palabras Elías salió del trance y fue detrás:
—Espera…— le alcanza el brazo y la detiene.— Me llamo Elías, eh, puedo preguntar, ¿eres una paciente?
—Si.— y él se queda perplejo ante la afirmación. Le suelta el brazo.— ¿Qué?
—E-es sólo que no pareces…— Dubitativo.
—¿Loca?— se pasa un mechón del cabello oscuro como el carbón detrás de la oreja y se posiciona para sostener conversación.
—Ajá.— contesta un tanto apenado temiendo que su comentario pudiera parecerle ofensivo.
—Bueno, sería una historia bastante larga de contar y en este momento prefiero ahorrármela si no te molesta.— dice sonriendo para quitarle tensión al momento.
—Claro que no, respeto eso.— Briseida se gira para mirar los árboles y toma aire...
—Si estoy loca sabes… al menos ante los ojos de los demás.— se sume en su pensamiento y Elías solamente la ve— ¿Te has dado cuenta como, por ejemplo, llevas 20 días trabajando, estudiando y sin salir de fiesta y a lo que la gente dictamina, o la juventud, debes sentirte mal por qué es el estatus quo?— la cara de Elías refleja profundo asombro, pues es exactamente lo que él piensa.
—Odio a todos…— Contesta en tono amargo. Briseida lo mira fija, expectante.— Detesto lo que conlleva “ser joven”. La mentalidad y el estado de las cosas producto quizá de la sobrepoblación. La vida parece ser un trámite y me caga que nadie esté inconforme con ello. Me caga preferir estar solo...
—...Atrapados en un mundo donde parece que es nuestro “Mundo propio” pero no es más que la realidad tal cual, sólo que la gente no la ve.— concluyó ella casi mecánicamente.
Se miran perplejos como si hubieran visto el amanecer por primera vez. Cómo si hubiesen realizado un gran descubrimiento. Como si fueran el ciego qué recuperó la vista. Unos ojos amarillos entrelazados con unos verdes penetrantes. Y aunque a ambos les hubiera parecido en extremo cursi decir que sentían que se conocían de toda la vida, eso fue exactamente lo que sintieron.
—Vemos patrones de conducta, estereotipos, nos comportamos de manera sistemática…— continúa Elías— Como si no fuéramos originales. Hemos creado una especie de conciencia colectiva, quiero decir, hacemos por ejemplo una definición de belleza que consiste en ser anoréxica y ya nadie sabe quién lo inició o porqué. Pero sabemos qué es el estatus quo y las nuevas generaciones defenderán esa idea con mucho ímpetu sin saber siquiera por qué. Es una inercia… todo está mal, la educación es una caricatura, los empleos son burocracia. Es como si las cosas no tuvieran valor por sí solas. Cómo si hiciéramos trámites burocráticos con valor agregado a cambio de recibir otras cosas que también tienen un valor inventado.— Briseida se encontraba en un éxtasis mental. Hacía tanto tiempo o más bien nunca, que no hablaba con alguien que pudiera entender lo que ella sentía. Luego de haber digerido sus palabras agregó:
—¿Parece chiste, no? Mi madre siempre me dice: ¿Crees qué tienes razón tú y que el resto se equivoca? Y yo le contesto: ¡Si! Carajo, si lo creo. Estoy segura.
—Me gustaría pensar que hay un culpable detrás de todo— rascándose la barbilla— Pero no lo hay. Es simple desarrollo desmedido de la sociedad desorganizada y vacía… Así que dile a tu madre la próxima vez, que en el mundo hay guerras, drogas, muertes, desigualdad y eso es el reflejo de la mayoría, así que claro que la mayoría está mal…—siguen absortos empapándose uno del otro.— Me siento mejor ahora.
—¿Qué tan mejor?
—No de maravilla pero sí mucho mejor, menos en conflicto.
—¿Y a qué debemos el cambio?
—Bueno, hablar siempre me sirve para hacer análisis de lo que pienso. Al mismo tiempo que hablo contigo me respondo a mí mismo. Y en este momento creo que hay muchas maneras válidas de vivir, no tienes que encajar en un estereotipo.
—Igual no es como que vayamos a encajar en alguno tú y yo.— ríen.
—Sabes, me gusta el dinero.
—A todos, supongo.
—El dinero aumenta nuestras capacidades. Los bienes materiales son herramientas qué podemos utilizar en nuestro beneficio para seguir aprendiendo y construyendo.
—Correcto…— hace una pausa y se decide— Tengo una pregunta para ti Elías.
—Dime
—¿Qué te motiva?
—No sé…— su cara refleja confusión.— Justamente ahora me encontraba desmotivado, no encontraba una buena motivación para nada. Todo se me hace tan efímero, como si nada tuviera sentido. Al final de cuentas nos vamos a morir ¿No? Y no creo en ninguna vida después de ésta. ¿Dedicarme a la ciencia? ¿Toda una vida estudiando para crear fama dejando cosas cuando me vaya? ¿Dedicarme a experimentar, sentir nuevos placeres, conocer el mundo? No, me parece también superficial de cierta forma. Y es que a decir verdad, me desmotiva muchísimo el verme en una sociedad en la que es inseguro estar en la calle, en donde abundan las conductas destructivas. Estoy seguro de que todo sería más “motivacional” si pudieras salir de tu casa a las 3 am a platicar con un amigo en una de las áreas verdes de la ciudad, por decir algo. Pero bueno, dicho esto, mi motivación para vivir es… de todo un poco.— inclina la cabeza hacia la derecha pensando en cómo explicarse mejor.— Supongo que desarrollo personal por un lado, somos una mente y un cuerpo que la contiene, hay que sacarle más provecho a nuestro cerebro, hay que contribuir a la sociedad, tener impacto social y bueno, hay que darse placer después de todo, aunque no como primera opción, además hay que mezclar la virtud con el placer. No puedo decir que tengo una motivación en específico; vivir nada más, y querer, porque Briseida, yo quiero demasiado.
—Querer está en nuestra naturaleza.
—Claro, incluso los asesinos quieren, aunque no quieren a la sociedad, vaya, no tienen un amor generalizado al prójimo.
Sin darse cuenta, caminaban mientras platicaban, y de pronto se encontraron nuevamente en el jardín del que Elías ya había salido y se encontró sentado en la misma banca de la que se había parado, aunque esta vez la compañía era inmejorable.
—¿Hasta qué punto es que somos libres, sí lo que somos depende del entorno en que nos hayamos formado? Y es verdad que siempre podemos tomar decisiones pero no sirve de nada si nuestro criterio para tomarlas también depende del entorno.- Suelta Briseida de pronto.
—Amm…— se toma unos segundos para responder— Una persona es libre cuando comprende que su libertad está limitada por su entorno y se aventura a querer saber, ver y escuchar más, mucho más.
—Si.— asiente— A esa conclusión llegué. Que sólo el conocimiento nos dará más libertad porque nos dará más perspectivas y criterios para tomar decisiones…—se muerde las uñas— El problema es que… ¿Entonces los delincuentes o asesinos no tienen la culpa de ser así y sólo son personas limitadas?— voltea a verlo con mucho interés en saber que podrá responderle a eso.
—Eh… es un tema para desmenuzar.— Se mira el reloj. Son las 7, terminó la hora de visita y pronto lo echarán.
—¡Lo siento, ya te entretuve demasiado y ni siquiera me tomé la molestia de preguntar a que venías, quizá ya rompí tu propósito, lo siento!— Elías no se cansa de mirarla.
—Como si tuviera algo mejor que hacer, en todo caso yo te entretuve.
—Comenzaba a sentir una punzada de culpabilidad.
—No, me hubiera ido de haber querido, pero me gustó mucho platicar contigo. Son de esas cosas que si bien no me hicieron millonario, valieron la pena, y me iré a dormir tranquilo sin sentir que pasó un día desperdiciado… creo que me cuesta dormir porque no acepto que ya se acabó el día y todavía no soy rico.— añade bromista y Briseida ríe. Ríe con ese sonidillo peculiar qué ha hipnotizado por completo a Elías.
—¡Me encanta tu argumento!... Aunque quizá debas irte acostumbrando a la sensación, si no ¿que harás para dormir?
—Alprazolam…
—¡Oh!
—Aunque pensándolo bien, creo que es preferible que comience a trabajar en cómo hacerme millonario antes de comenzar a tomarlo.
—Por favor.— vuelven a reír.
Elías se encontraba extasiado. No podía creer haber encontrado a alguien tan parecido a él. La belleza y la inteligencia de Briseida le provocaban un sentimiento inefable. Aunque ahora con más fuerza le rondaba la pregunta en la cabeza del porque una persona como ella podía estar encerrada en un lugar como ese, si era la persona más cuerda que había conocido jamás. No sabía lo equivocado que estaba, no sabía que había sellado su destino para siempre.
Maravilloso, ¡a ver cómo sigue! Mucha suerte 😄
en verdad buen relato
Lauu, esta excelente la historia, ya quiero leer la siguiente parte.! Éxitos en esta historia.!!
Wow!! Los pelos de punta!
A veces los sueños son tan reales que nos es difícil distinguir entre ficción y realidad. Para nuestro Elías ha resultado ser totalmente real.
¡Mucha suerte!
El sueño es tan real como el que lo sueña así que ! éxitos ! Buen relato , intrigante...
Me gusta!
Intenta pulir un poco la puntuación, a ratos se vuelve confuso. Las frases están un poco largas, deberías evitar abusar de las comas y usar algunos puntos aparte.
En lo demás, ya tienes mi like. Te sigo, esperando la segunda parte.
¡Saludos y éxito!
Hace tiempo que no leía sobre una historia de un alma vagando y buscando el origen de su sendero... sigue asi...
GRACIAS A TODOS por sus comentarios, los tomare en cuenta :)
Excelente
Me ha gustado la historia. Gracias por seguirme, espero que te gusten algunas de mis historias!! Suerte!!
Fantastico!!! Un maravilloso relato
Un escrito particular, mucha suerte!! (Cuidado con las tildes; víctima, quién...) Nos leemos!!
Me encanta tu trabajo,sigue así
! Espectacular relato, me gustó muchísimo !...
¡Me gustó, quede enganchado! Te deseo mucha suerte. c: