Miró a aquel extraño hombre a los ojos y, sin muchas dudas, firmó el papel. No tenía nada que perder, solo tenía 10, huérfana de nacimiento y a veces decía que solo estorbaba, desde que firme aquel contrato mi vida cambio, me deje llevar por la alegría y termine viviendo con un demonio, aquel con quien firme el contrato, casi siempre es cruel, estamos encadenados hasta que yo muera, así que no...