Preciosas tardes llenas de ti, benditas noches en las que tu recuerdo no me deja dormir, ya le he puesto tu nombre a eso que los demás llaman insomnio, te he extrañado durante la tarde, pensando en la manera en la que me besabas a estas horas, he imaginado ver tu silueta pasar por debajo de la puerta de la recamara, sigilosa, con esos peculiares pasos tuyos, e incluso, a lo...