CAPITULO I: ÉRASE UNA VEZ LAS FIESTAS
Jacinto miró las fichas en sus fornidas manos como si le hubiera tocado el gordo de la lotería y lanzándole una mirada cómplice al Belisario, que estaba sentado justo enfrente, golpeó la mesa y gritó:
- ¡¡Aplástate ahí!!
Belisario sacó su ficha, la puso en la mesa con...