Es cuestión de tiempo. Es cuestión de habilidad que un lector quede atrapado en tus tres primeras lineas. Una vez en el tintero, el escritor prueba con un acercamiento lector- historia que haga que no pueda parar. Y ahí, y solo ahí, podrás decir que ese lector es tuyo.
Si en la tercera linea creíste encontrar tu fin, en la cuarta te golpearé en tu punto más débil. En la quinta jugaré con el...