Siempre y continuamente hablo conmigo con palabras sin voz e ilegibles. Continuamente me cuestiono y me respondo, me cuestiono y me aprendo, me cuestiono y reniego, me cuestiono y me convenzo. La verdad de las cosas las tengo yo. Hasta que las coloco en palabras y las murmuro. Y no me creo. En teoría yo sólo sé sobre mí, en la práctica no sé nada. Cuando...